En la actualidad las comunidades de las barrios de Medellín
se encuentran soportando la cruda violencia del conflicto armado que es librado
por el control territorial de las comunas, en medio de la pobreza de cientos de
familias que no encuentran verdaderas soluciones que mejoren sus condiciones de
vida.
Es por esto que hemos caminado en
torno a la elaboración de nuestro actual Plan de Desarrollo Municipal, camino
que venimos labrando con la participación activa en los Planes de Desarrollo
Comunales los cuales fueron anexados al programa de gobierno del Alcalde Aníbal
Gaviria. Las Esperanzas estaban puestas
en la inclusión de nuestras propuestas comunitarias en el actual Plan de
Desarrollo del Alcalde Aníbal Gaviria. Pero consideramos que no hubo tal
inclusión, las cuales fueron discutidas ante las respectivas instancias del
Plan.
En febrero estuvimos reunidos los
Equipos de Gestión de los Planes de Desarrollo Local en el salón del diálogo de
la Alcaldía, con el entonces asesor Álvaro Berdugo (ahora Director de Planeación
Municipal) y con algunos funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social.
Durante el mes de marzo, participamos
en los foros realizados por el Consejo Territorial de Planeación (CTP) donde se
abordaron temas como Vivienda y Hábitat, Población Desplazada, Mujeres,
Cultura, entre otros. El CTP entregó su concepto incluyendo las propuestas de
la comunidad, pero no fueron tomadas en cuenta.
En este mes participamos de las
diferentes sesiones descentralizadas del Concejo en nuestras comunas, y también
nos movilizamos en la sesión donde se discutió el tema de la vivienda y hábitat.
Hoy 30 de mayo, como comunidades
afectadas por los planes de desarrollo local y de ordenamiento territorial, asistimos
masivamente a la plenaria del Concejo donde se entregó a la ciudadanía el
concepto jurídico definitivo del Plan de Desarrollo 2012 -2015 “Medellín un
hogar para la vida”, con la intención de vislumbrar nuestra inconformidad
ante la no inclusión en el plan de las propuestas comunitarias.
Nuestra intervención fue una acción
directa para expresar nuestro inconformismo, ya que con nuestra participación
en encuentros y debates, donde fuimos
las comunidades quienes convocamos, legitimaron la construcción de este plan. Nos
sentimos usados, porque sólo resultamos
siendo cifras, no hubo una real inclusión. El ejercicio participativo parece ser más bien demagogia que democracia.
Además de esto la Administración
cambio diez días antes de aprobarse el Plan al director de Planeación, quien había estado presente en los debates
con las comunidades. Todo esto parece indicar que nuestro tiempo invertido se
perdió y como siempre la comunidad participa pero el gobierno es el que decide.
Consideramos
que los presupuestos asignados al tema de mejoramientos y vivienda nueva en el PDM
son muy escasos, no
superan los 250.000 millones de pesos y no alcanzan a cubrir los problemas de
déficit cuantitativo y cualitativo de vivienda en Medellín. Los recursos de la
ciudad se invierten en el sector del poder económico, una prueba de esto es que
la Administración anterior invirtió 400.000 millones en Autopistas de la
Montaña y 150.000 millones en el puente de la 4 Sur.
“Cuéntanos tu idea al Plan”, decía la
propaganda durante estos 5 meses, pero
a las comunidades no nos basta con
contar una idea, nosotros planteamos propuestas y exigimos soluciones porque
estamos convencidos que el Plan no es un acto de buena fe del gobierno, sino
fruto de la concertación política.
Es por ello que decidimos
movilizarnos, ya que si ellos no nos escuchan, las comunidades seguiremos
defendiendo nuestras propuestas, que son las rutas de gestión para la solución
de las necesidades de la población y la superación de la inequidad.
Por lo anterior exigimos mayores
recursos para vivienda, además de la implementación del Plan de mitigación del
riesgo, que son las necesidades más sentidas de las comunidades. Debe incluirse
además, el mínimo vital de agua potable para toda la población de estratos 1 al
2 como la aprobación del mínimo vital de energía, que fue una promesa electoral
de este gobierno.
También planteamos que se debe tener
una mayor inclusión de las mujeres y de la población desplazada en dicho Plan.
Proponemos una “Mesa de diálogo y
concertación” entre las comunidades y la administración municipal, donde se garantice
una real participación de la población, debatiendo problemáticas de fondo y no
de forma, decidiendo no solo sobre los proyectos sino también sobre los
recursos, que son nuestros. Los proyectos como los PUI, los planes parciales y
en especial el Cinturón Verde se deben construir de la mano con los Planes de
Desarrollo Locales, y no al amaño de firmas constructoras o tecnócratas que no
conocen nuestro territorio y hacen sus planes desde los escritorios.
Este proceso de movilización es una
iniciativa totalmente comunitaria en la que no tiene nada que ver ningún
partido político, por el contrario es un esfuerzo por construir una política
donde la relación democrática de elegido-electores vertical cambie, un política
donde las comunidades son parte fundante y esencial del sistema político.
Nuestras motivaciones no son dádivas
ni contratos, es el anhelo de construir un buen vivir en nuestros territorios,
donde la dignidad se convierta en una constante que reemplace la profunda
inequidad que nos azota.
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