Desde el centro de Medellín por unos empinadísimos
rieles de cemento se llega en media hora al barrio Altos de la Torre en la comuna
8, donde se realizó un concierto que lleva varios años haciéndose los primeros
de mayo en algunas comunas, gracias a distintas personas del colectivo Unión Entre
Comunas de la mano de otros colectivos y organizaciones. Se hace para hablar de las condiciones sobre el
trabajo y la dignidad de la gente en los territorios.
Huerta. Foto: Cuerpos Gramaticales |
Partiendo desde “El Plan” -terminal de buses y
centralidad barrial- a mano izquierda hacia un sendero se llega a una pequeña tienda
de 3x4 metros de madera frente a un terreno que varias personas del barrio están
adecuando como huerta comunitaria junto a colectivos de siembra coma Agroarte y
Desalambrando.
Mas adentro en las afueras del colegio Cedepro, resuena
la voz del “AKA” –rapero- explicando el porqué del concierto obrero allí: “Se
hace como una forma de hablar sobre lo que pasa en nuestros territorios, y más
acá, donde el agua no llega, siendo un lugar que debería tenerla. Por otra
parte el desempleo es alto en las laderas, y desde ahí –digamos- muchos llegan
a la escuela sin comer por las inequidades que hay”.
Más explicaciones las encontramos en la entradilla del
video Concierto Obrero "Altos de la torre" 2015. “¡Es el día del trabajo! Pero ¿Cuál trabajo? ¿Si el
abandono es preocupante y la miseria y el desempleo siguen vigentes? Se
conmemora el día de las gentes que bajan de las laderas a enriquecer a su
patrón, a soportar la rutina y a permitir el abuso a su dignidad humana”.
Argumentan que la propuesta “será desde el accionar de
los territorios por medio del arte y el hip hop” y que, “¡no basta con marchar,
es necesario juntarnos y dejar de mendigar! Por ello el concierto obrero, una
apuesta conjunta mediante la formación, conmemoración, siembra y concierto. ¡Un día de huelga! donde proponemos alternativas en contra del olvido y exigimos garantías para la felicidad y el respeto”.
A parte de Talleres Vivenciales (de rap, grafiti, construcción de atrapasueños), sancocho comunitario, siembra de plantas como tomate y pepino para rellenar, vimos niñas y niños hasta por las orejas del barrio, los vimos inventar y jugar break dance, bailar bajo la carpa que sirvió de escenario, les oímos cantar cualtalentosque escriben una canción en el taller y el mismo día la cantan por el micrófono haciendo eco en las mentes. Cantantes rap de las comunas 13, 8, 1 por ej., llenaron aún más de contenido y rimaje la actividad.
Hablemos de lo que pasa con el agua y la huerta en Altos de la Torre
Escribiendo y cantando rap |
Según Edilma –habitante de allí- EPM prometió tener el
tanque listo a inicios de agosto y por el momento se suplen con mangueras, pero
“viene 2 o 3 veces a la semana, otras veces no viene”. Es agua de la quebrada La
Castro que suple también a los barrios Pacifico, Trece de noviembre,
Golondrinas, Llanadas y el Faro.
“La quebrada es muy poquita para tantas personas” observa
Edilma. Además “por ej. mañana amanece taponada porque ha subido demasiada
gente y algunos le ponen cobijas y no nos baja agua. Es un paseo muy rico, pero
hay gente deshonesta” y “tenemos que subir a limpiar. Claro que ya tomamos un
agua más limpia, antes encontrábamos en la zanja al señor ya lleno de gusanos,
deshecho, perros, animales, y nosotros aquí bañándonos, con la piel llena de
rasquiña”. Aun así “la ineficiencia del agua es muy grande y nos toca buscar a Paulino
–el fontanero- que suba a echarnos el agua”.
Respecto a la huerta, cuando Edilma estaba en
presupuesto participativo veía que mucha gente era con huerta. Al ver tantos
lotes desocupados en
su barrio se preguntó con algunas personas “¿por qué no
hacemos unahuerta?” Como se puso un cristo en el lote cerca al colegio,
propuso poner la huerta ahí. Empezó a trabajar, pero “los de la acción comunal y una cantidad de personas empezaron a hacer huertas con el municipio, hasta que se fueron como decayendo”, entonces se salió de trabajar y dijo que tenía que seguir con la huerta, compartió a otras vecinas la necesidad de que “los niños aprendan a sembrar y no pierdan las raíces” y de que “se vayan educando porque necesitamos proteger el medio ambiente”.
De hecho “cada día se ha conseguido más personas que
puedan apoyar la huerta”.
Mucho han conseguido “con recursos propios, trabajando
con las uñas” y con grupos como el club botánico. Hicieron una rifa y quien se
la gano les aportó eso, entonces ajustaron para comprar una malla. “Ahorita que
estamos más unidos, la gente cuando viene a los convites colabora con comida
para el sancocho, con herramientas, y ahora veo nuestra huerta muy linda. Nos
hicieron una donación con la cual vamos a hacer como un aula ambiental para los
semilleros con los niños -para que practiquen- y para el compost”.
Unión
Entre Comunas y su lema “hip hop agrario”
“Rayo” y Flor de Agroarte nos profundizan en la
iniciativa. “Somos un colectivo que busca a partir del agro, del rap y otras
expresiones artísticas volver a esas raíces del sembrar, del encontrarnos de
nuevo con la vida, hacer memoria desde ahí, saber que venimos de raíces
campesinas, de un pueblo y tierra indígena”.
Rayo enfatiza en que están trabajándole mucho al
tejido social, “gran parte de nuestras acciones vienen en pro de esto, en
llegar a ciertos lugares, burlar fronteras, pues a pesar de que la iniciativa
nace en la comuna 13 habemos personas de diferentes comunas unidas en pro de lo
mismo”.
La propuesta “nace en postura frente a la escombrera de la comuna 13 donde hay más de 300 cuerpos enterrados, inicia con un vivero orgánico y a partir de ahí también se va pensando el agro-arte, de qué es agro, de qué es el arte, de cómo conjugar estas cosas, de cómo no quedarse en una postura frente a algo o de unos cuantos, si no llevarlo a otras personas que creen en lo mismo”.
“Entonces nacemos como Agroarte, una ideología y una
forma de hacer. Ya se venía trabajando el vivero orgánico, pero el 2008 es
donde se le da forma a la propuesta. En el sector de La Loma empezamos con
algunos niños y jóvenes a buscar que era lo que les gustaba, desde donde
podíamos llamar su atención, desde donde lo mezclábamos con la siembra, desde
donde hacíamos comunidad”.
Pero “luego de esto, uno de los compañeros es
desplazado y nos dirigimos a la zona de San Javier -lugar más central-. Como ya
no podíamos hacer labores donde estábamos, iniciamos a hacerlas en La Cruz
-comuna 3-, y a raíz de esas alianzas que se fueron dando nos llamamos unión entre comunas, que ya es como otra
forma de hacer. A partir de ahí se han venido uniendo gentes de otras comunas y
en este momento somos un colectivo -se puede decir- con más de 300 personas (de
las comunas 1 Popular, 3 Manrique, 8 Villa Hermosa, 16 Belén, 5 Castilla, 4 Aranjuez)”.
Igual “también tratamos de llegar a otros espacios, por
decir municipios como Alejandría, Granada, donde han sido muy marcados por la
violencia y donde vamos a hacer memoria pero también a contarles a los chicos
por qué es necesario volver al campo y retomar otra vez el azadón o el machete.
También hacemos mucho énfasis en lo que es el consumo de plantas orgánicas, no
solo en el sembrar por sembrar, sino sembrar con un sentido, volver a las
raíces pero también saber qué nos estamos comiendo”.
En las actividades, “nos movemos a partir de alianzas,
préstamos, favores”. Entonces “es por medio de alianzas –por ejemplo - que llegamos
a los territorios y tratamos de generar espacios con niños y jóvenes donde se
dan otras alternativas, porque nosotros no decimos que sacamos a los jóvenes de
la guerra -en realidad no lo hacemos- sino que mostramos alternativas de vida y
otras formas de hacer”.
Así “tenemos diferentes actividades: unas que van más con el ejercicio de memoria, del conflicto, y también de memoria de nuestras raíces como lo son Plantas de Memoria y Cuerpos Gramaticales que es un postura que hacemos los 16 de octubre en conmemoración a la Operación Orión que marcó tanto a la comuna 13”.
Parquecito y paso comunitario en la Escuela Cedepro |
En el grupo “nos hemos ido formando como familia” según
resalta Rayo, “el problema de uno es problema de todos, buscamos la manera de
cuidarnos, de que si alguien necesita algo todos vamos a estar pendientes.
Somos una cosa muy arraigada y pensamos que sin educación no hay cambio tampoco”.
De tal modo que “no es generar espacios de un día como por ej. un concierto,
sino generar los espacios que perduren con el tiempo”, es “también la
responsabilidad de sembrar una planta que vos sabés que si no la estas cuidando
ni regando se va a morir. Entonces es estar atentos también a lo que estamos
haciendo”.
Recuperando
y resignificando espacios para la agricultura en la ciudad.
Como satisfactoriamente narra Flor “la gente se ha
enamorado tanto de este colectivo que ya hay muchos replicadores en varias partes de la ciudad y
comuna”. Está probado “en el barrio San Pedro Peñitas –parte alta de San Javier-
donde recuperamos un espacio muy grande del municipio que estaba lleno de
basura, lo limpiamos y hemos sembrado mucho”. Así “la gente está sembrando en
sus propios hogares y huertas”.
Agrega Rayo que “en gran parte lo que hacemos es
recuperar espacios baldíos, nos tomamos las aceras para sembrar lechugas, nos
tomamos y recuperamos esos tiraderos de escombros. Es convertir el espacio, dar
calidad de vida desde ahí, entonces un botadero de escombros con el tiempo se
va convirtiendo en huerta donde podes sacar orégano, cebolla, lechuga, pepino,
varias cosas para tu alimentación”.
Se alude a “un lema muy bonito que tenemos y dice: es
que somos plantas callejeras que se niegan a que se nos eche cemento. Si bien
aprendemos de las plantas que nacen en cualquier lugar y acera, nosotros
también nos negamos a que nos llenen del gris de concreto que se está llenando
esta ciudad. En realidad es algo profundo, el respeto por la tierra, el respeto
por el otro y por la otra, recuperar esos espacios, resignificarlos. Por decir
resignificar un espacio de muerte en un espacio de vida es algo bonito”.
A mano derecha del “Plan”, vemos el anuncio “welcome to jardín circunvalar”, derroche de adoquín, cemento y sistemas de contención para un camino turístico cuya próxima etapa entraría por el sendero de la tienda de 3x4 ms y la huerta, con obras complementarias que tumbarían 250 casas según reconocen las entidades encargadas. A estas condiciones en el territorio donde viven trabajadores y desempleados alude el concierto obrero.
Cerro con el letrero intervenido por las "victimas del jardin" 9 de abril. |
Vista desde Altos de la Torre. Foto: Fundacion Pazamanos |
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