Entre el 18 y 19 de marzo se realizó el Samaná Fest Comunitario en
el río Samaná en su confluencia con el río Dormilón y en el puente metálico
sobre la autopista Medellín-Bogotá, jurisdicción de San Luis (Oriente
antioqueño) como muestra de vida y biodiversidad haciéndose reconocimiento del
río y de usos económicos alternativos y sostenibles, diferentes a la generación
hidroeléctrica.
foto: recopilada por Movete. Vereda Boqueron |
Además de "resaltar
la importancia de la cuenca en la cadena Guatapé-Nare–Nus y su conexión directa
al Río Magdalena", buscó ser "un
espacio comunitario de reconocimiento y apropiación del río y del
territorio", teniendo en cuenta el contexto de retorno de la población con
sus "proyectos de vida" después de ser afectada por el conflicto
armado. (ver convocatoria Festival del Río Samaná 2017. Por la defensa de
nuestro Territorio. En: www.kavilando.org).
fotos: recopilada por Movete. Vereda Boqueron |
Muchos comenzaron el
festival en la
vereda Boquerón
(municipio de San Francisco) de donde navegaron en botes de rafting el Río
Verde y su encuentro con el Calderas, donde es el "nacimiento
verdadero del Río Samaná" según la convocatoria Festival del Río Samaná 2017.
Para una participante del Movimiento por la Vida y Defensa del Territorio del Oriente Antioqueño (MOVETE), la actividad incidió en un nuevo reconocimiento del territorio por personas que habían sido despojadas o limitadas de él, quienes "viven del rio pero no conocen su biodiversidad" ni "habían experimentado ese tipo de aventura".
foto: recopilada por movete. Llegada a la confluencia samaná-dormilon |
Se
buscó hacer entender a los viajeros que "los ríos son también
carreteras de vida, menos utilizada que las de asfalto, pero más vital...
Represar el Rio Samaná es como represar la Medellín-Bogotá", y "el
país no puede funcionar así" (www.kavilando.org).
Un compañero del grupo de
investigación Kavilando de la Universidad San Buenaventura que hace parte de
Redipaz –red interuniversitaria por la paz- observa el "apoyo al
Samaná Fest como unión de voluntades", propuesto por la Corporación
Yumaná, apoyada por organizaciones pertenecientes a MOVETE, Expedición Colombia
y personas de varios
municipios del Oriente antioqueño entre otros.
foto: recopilada por Movete. Acto simbólica en el puente |
Una "protesta positiva", principalmente "mostrando la belleza del lugar, paz, fortalecimiento y cohesión de la comunidad", tratándose no tanto de visibilizar lo negativo contra la empresa sino la posibilidad de algo mejor.
Reconocimiento al cañón
del río Samaná Norte
El
río nace en la convergencia de Sonsón, El Carmen de Viboral y San Francisco y
recorre territorios de Cocorná, San Luis, San Carlos, Caracolí y Puerto Nare donde
se encuentra con los ríos Nare y Nus para desembocar en el Magdalena.
En su recorrido es eje estructurante de la zona de bosques húmedos tropicales, un ecosistema único cobijado de selva al cual "le cruza una de las dos venas kársticas que posee la geografía colombiana" configurando una "zona de alto endemismo", variedad biológica, botánica y cultural por ejemplo hallazgos arqueológicos: cuevas, petroglifos y pinturas rupestres prehispánicas. (www.kavilando.org)
foto: Fundacion Yumaná. Rio samana en Puerto Garzá (narices) |
Por ello la exigencia de
configurarlo como área protegida pero con posibilidad de uso por medios
alternativos económicos con base en la comunidad y la cultura local, no en un
negocio como pretende la empresa Celsia -del Grupo ARGOS- con la hidroeléctrica Porvenir
II que afectaría 73,45% de la cuenca, especies endémicas de plantas que no
existen si no en el cañón del Samaná, así como animales asociados a ellas. P.
ej. especies de plantas adaptadas a corrientes de aguas rápidas como las
llamadas reófitas (3 endémicas). más de 76.000 individuos de especies arbóreas,
64 de mamíferos, 273 de aves (2 endémicas), 33 de anfibios (3 endémicas), 35 de
reptiles (1 endémica), y peces de aguas torrentosas (Picuda, Sabaleta, Pataló,
Bocachico, Dorada).
El reconocimiento de las
comunidades que se reconstruyen
Redipaz acompaña a las
comunidades afectadas por la latente construcción de la hidroeléctrica Palaguas (que generaría 98 Mgv) y Porvenir II (352
megavatios). Así lo hizo en
el Encuentro de comunidades afectadas por proyectos hidroeléctricos en el
Oriente antioqueño a inicios de año en Puerto Garza (corregimiento de San
Carlos) en el cual el profesor Miller Dussán de la Mesa Social
Minero-Energética, expuso casos como la hidroeléctrica el Quimbo y Pitalito
(Huila) donde "se logró blindar" el territorio por lo menos a través
de sentencias o acuerdos en el concejo.
Comenta el compañero de
Redipaz, que
ello dio
luces en el Oriente, pues en el concejo y alcaldía de San Carlos se radicó un
derecho de petición y una declaración de las comunidades afectadas acudiendo a
la sentencia T-445 de 2016 (prohibición de minería por entidades territoriales.
Respalda el derecho de las comunidades promover su propio desarrollo del
suelo), a la T-135 de 2013, a la T-348 de 2012 (participación de comunidades
afectadas por megaproyectos y soberanía alimentaria), y a la ley 1448 sobre
restitución y no- revictimización, proponiéndose además radicarlos en la
Asamblea Departamental, en Cámara y Senado.
Recordemos
que el Consejo de Estado había admitido la demanda de nulidad de la resolución
0168 de 2015 -con la cual la ANLA otorgó Licencia Ambiental a Celsia, así como
una Acción Popular por vulneración de la permanencia en el territorio,
soberanía alimentaria, el ambiente sano, además de la omisión a la afectación
de los ecosistemas, el no-registro de múltiples plantas, entre otros temas.
Es
de resaltar que en San Carlos ya no hablan de mesa de concertación si no de
mesa de defensa del agua y el territorio tratando más de estar pendientes de
proteger al territorio ante incursiones no deseadas que de negociar la
indemnización. Ya muchos han sentido el desplazamiento negociado y la presión
para que vendieran o desalojaran tierras que nutren las hidroeléctricas de EPM
como Playas (201
MW), y de ISAGEN como Calderas (26 MW), Jaguas (170 MW), y San
Carlos (1.240 MW). Algunos de quienes no fueron desplazados pasaron de ser
guardianes del alimento (café, maíz, caña, yuca, fríjol, plátano, piña) a ser guardianes de
infraestructura; en regiones como el
corregimiento de Samaná la ganadería ha ido desalojando la agricultura y los
bosques.
Por eso las comunidades
junto a organizaciones acompañantes siguen impulsando tradiciones o actividades
en defensa de los ríos, la seguridad alimentaria y la permanencia como en
Puerto Garza con las Fiestas del Bocachico, o el Samaná Fest comunitario
mostrando la posibilidad de algo mejor.
Son alentadores ejemplos como la negación de licencia para la hidroeléctrica Cañafisto (cercana a
1.000 Mw) en el río Cauca, o la cancelación de la represa en el río Tapajós en el corazón de la Amazonía en Brasil por la lucha del pueblo
Munduruku el año pasado.
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