sábado, 7 de septiembre de 2013

Las antorchas alientan la solidaridad, alumbran la memoria de tantos niños y niñas muertos a consecuencia de la desconexión

30 de agosto, parecía una noche no muy común y corriente en los laberínticos callejones y eskalones del barrio Las Independencias, donde arrancó el recorrido deslumbrando mas de 100 personas con destellos de antorchas, pasando por El Salado, el 20 de Julio y San Javier -comuna 13-. La chirimía convocó a la comunidad, durante el recorrido muchos niños y niñas se unieron, uno de ellos narra su experiencia “vine del 20 de Julio de la comuna 13. Vi todo mundo protestando, entonces vine a protestar, con una amiguita”.

Enseñando a los niños a encender y llevar la antorcha, un habitante y fundador de las Independencias -entre otros barrios en Medellín- invita “a la comunidad -usuarios conectados y desconectados- a unirse al comité veedor de servicios públicos”. “Venimos en esta marcha de antorchas con el fin de que la administración de la alcaldía y EPM entren en conciencia que deben negociar tarifas dignas con el pueblo”. “Esa es la intención”, ya que este comité veedor de San Javier, comuna 13, “se está uniendo con todos los comités de servicios públicos pa' que entendamos que el servicio es una parte de economía total de nuestra Colombia”.

La marcha de antorchas en medio de toda la coyuntura actual en el país, fue particular. La Mesa Interbarrial tiene la apuesta por movilizaciones culturales, pues allí quizá bajan las tensiones que puedan terminar en atropello de la fuerza pública. Las únicas bombas vistas en esta marcha fueron las blancas que llevaban niños y adultos, las únicas armas las llevaban unos cuantos policías al costado de la pelvis con su mirada constante por laberínticos andajes y eskalones que los niños conocen como la palma de su mano. 

En una zona de conflicto armado urbano, solo se denunciaba como actor violento a EPM y sus políticas de privatización y desconexión -a causa de altas tarifas y de la falta de posibilidades económicas en las familias- estando en el marco del Día de la Dignidad de los Desconectadxs, rememorando a Susana y Vanessa, de 12 meses y 2 años respectivamente, quienes murieron a consecuencia de la desconexión por la que debían usar una de las velas que encendió su cuarto. 

En una ocasión dijo Luz Estela -madre- “Susana convulsionaba y Vanessa era asmática, entonces pa' poder estar pendiente de ellas teníamos que dormir siempre con una vela prendida”. Estela había ido a trabajar a Marinilla dejándolas con el hermanito de 17 años. La obra sobre la desconexión, recreó esta situación, “lo que pasa en las casas desconectadas de energía y lo que tenemos que cambiar para que no nos corten la luz y el agua” expresó uno de los actores. Gabriel de Las Independencias anota “las casas de cartón son el símbolo de desconexión, de como se prendió una casa con una vela y no poder echar agua porque también 
estaba sin agua”.

El 25 de octubre de 2009 en el barrio Santa Rita del Municipio de Bello, sucedió con 3 de los 5 niños de la casa, donde también usaban vela como alternativa a la desconexión de energía, con el agravante que la madre Maria Leonelia, había ido el 6 de octubre a las oficinas a negociar su deuda de energía por que de contado no hubiera podido pagar, y como todo ser humano, requería el servicio urgentemente. Así fue como durante 19 días, excusa tras excusa, los de la empresa no lograron hacer la reconexión.

Los niños pagaron las irresponsabilidades y la acción por omisión de la empresa, la cual sí en cambio llega a desconectar lo más rápido que puede, vulnerando los derechos de los niños y en este caso su vida, otro caso reciente fue en Bogotá. Por su parte, en la ciudad de Medellín existen según EPM: 20 mil hogares desconectados de energía eléctrica, 32 mil desconectados de agua potable y 90 mil con la tarjeta prepago, quienes para nosotros siguen siendo desconectados.

Al final de la obra mencionada y en forma de teatro foro -metodología de teatro popular donde los “espectactores” proponen-, las comunidades propusieron haber evitado las muertes uniéndose entre vecinos para no dejarse desconectar por los funcionarios de EPM ya que “los vecinos son quienes pueden hacer algo en dicha situación”. El aprendizaje es, mirar como aprenderlo e ir aplicándolo en los barrios y casas porque ni las ganancias de EPM engordadas con el trabajo de la población, podrán pagar los sufrimientos de las familias que han perdido sus seres queridos de una u otra forma en tantos casos en el país.

La reflexión la hace una de las mujeres de la Mesa Interbarrial, anotando que no solamente la pelea contra el empleado que hace la desconexión, pero “mientras podamos incidir en lo que convirtieron negocio, mientras podamos fortalecer fuerzas organizativas en los barrios, van a haber muchos desconectados, de modo que, todos sabemos y cada uno debe defender los DDHH fundamentales, no podemos esperar que sea la alcaldía que nos quiera reconocer los derechos, pues la constitución dice que es un derecho fundamental”

Muy animados también estuvieron los afectados por la hidroelectrica hidroituango siendo “desplazadas para construir una represa” y a quienes “dejaron sin comida porque el trabajo era el barequeo -forma ancestral de extraer oro- artesanal en el cañón del río Cauca” . En el país “el problema es como se genera la energía -para qué y para quien- lo cual hace parte integral de la locomotora minero energética del gobierno”. Dice el vocero de los afectados por hidroituango que “tenemos que apostar a la distribución de la energía porque se está generando de nuestros ríos, es riqueza inmaterial que no se puede vender y el estado la entrega para que las empresas generen sus ganancias”

Habiendo tantas hidroeléctricas, desde la Mesa Interbarrial llamamos la atención porque la administración está en mora de reconocer un mínimo vital de energía de 130Kw/h al mes para las familias vulnerables. A su vez, deja por sentado Aura -del barrio La Honda, Comuna 3- “nosotros los campesinos venimos desplazados de distintas regiones del país a las laderas de la ciudad, por lo tanto la ciudad ya nos pertenece y nos vamos a quedar”, de modo que, no podemos negar que en estos tiempos y en la ciudad casa de la empresa de energía mas rentable en el país, los niños, las niñas y sus familias necesitan energía eléctrica y agua potable para vivir con dignidad. 

No queremos mas muertes a causa de la desconexión. No mas empresarios deshumanizados frente a esta situación. Si a los pobres nos castigan por el “robo” de la energía, que a EPM la condenen por ROBARNOS LA VIDA 

En estas actividades Ana Fabricia Córdoba innegablemente sigue con nosotros en aliento.


CONSIGNAS:
- Que se quemen las facturas. Que no se quemen las niñas y niños de nuestros barrios.
- Se avisa al público de Medellín, que el agua pública se va acabar, para que salga a la calle 
pública, y no la deje privatizar
- No mas desconectados. No mas abusos.
− No mas miseria no mas desconexión, no mas altas tarifas ni privatización.

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