Ponencia
presentada al Foro:
EFECTOS
ECONÓMICOS, SOCIALES Y LABORALES
DE LA INVERSIÓN EXTRANJERA EN COLOMBIA.
Bogotá, 13 de mayo de 2011.
Bogotá, 13 de mayo de 2011.
CONTENIDO:
1. Introducción
2. Contexto Nacional
3. Problemáticas en Antioquia
4. Caso Medellín
4.1. Consecuencias que genera
la desconexión
4.2. Las soluciones al
problema de los desconectados es un asunto de voluntad política
INTRODUCCIÓN
Sin embargo todavía existen “empresas públicas”
que prestan los SPD, éstas ya más de carácter local, es decir municipal, como EMCALI,
EAB (Empresa de Acueducto de Bogotá), ETB (Empresa de teléfonos de Bogotá), AMB
(Acueducto Metropolitano de Bucaramanga), entre otras, y por su puesto EPM (Empresas Públicas de Medellín), una de las 10 empresas más rentables del
país.
EPM es pública pero
se comporta como una empresa privada, es casi como una multinacional, que solo
le interesan las ganancias, sin importar lo que tenga que hacer para lograrlo,
incluso desconectar de los SPD a miles de hogares, donde se encuentran los
habitantes más pobres de su ciudad natal Medellín.
Esta empresa ha
sido acreedor por más de 50 años de varios préstamos por parte del BID (Banco
interamericano de Desarrollo), que es casi como una inversión extranjera en
nuestro territorio. Entre otras cosas para la construcción de la planta de
tratamiento de aguas residuales de Bello, que venimos pagando los usuarios vía
tarifas.
“EPM adquirió
participaciones en empresas existentes en Colombia y creó otras nuevas
asociándose con capitales públicos y privados, para transformarse en el mayor
grupo empresarial de servicios públicos domiciliarios del país. En el año
2000 la empresa oficializó su condición de grupo empresarial ante las
autoridades respectivas, y continuó su proceso de expansión y consolidación”[1].
Su casa
matriz es EPM, una empresa de naturaleza estatal, organizada bajo la figura de
empresa industrial y comercial del Estado, con autonomía administrativa,
financiera y patrimonio propio. Es propiedad del “Municipio de Medellín”,
quien la creó en 1955.
Existen 12 empresas en Colombia que
integran el “Grupo EPM”: Central Hidroeléctrica de Caldas (CHEC), la Empresa de
Energía del Quindío (EDEQ), Centrales Eléctricas del Norte de Santander (CENS)
y Empresa Electrificadora de Santander (ESSA) en el negocio de energía; UNE Telecomunicaciones
y la Fundación EPM. Y en el negocio de Acueducto, Saneamiento y Aseo está
conformado por Aguas del Atrato, Aguas de Occidente, Aguas de Oriente, Aguas de
Urabá y Empresas Públicas de Oriente[2],
que son de carácter sub-regional.
Prestan los
SPD a más de 12 millones de personas en Antioquia, Bogotá, el Eje Cafetero,
Santander, Norte de Santander, la Costa Atlántica, el Valle del Cauca y el
Departamento del Chocó. Con su servicio de energía atiende a 123
municipios del Antioquia con una población cercana a 5.700,000 habitantes. Con
sus servicios de acueducto y alcantarillado, EPM atiende a los 10 municipios
del Valle de Aburrá, incluyendo Medellín, con una población aproximada de
3’600,000 habitantes.
EPM es la
mayor empresa de servicios públicos de Colombia, en energía, aguas (acueducto y
alcantarillado) y telecomunicaciones. En total posee el 25 por ciento del
mercado de distribución, máximo tope regulatorio al que puede llegar cualquier
empresa, lo cual le impide aumentar su participación en el mercado colombiano.
Es así como ha
decidido abrir fronteras y para el 2015, tiene proyectado que de sus ventas el 60% se originará en Colombia y el 40% en el
exterior. “Invertimos en generación eléctrica en Panamá, participamos en las
ventas de energía al Ecuador y ofrecemos servicios de asesoría técnica en
diversos países de América Latina. En telecomunicaciones estamos presentes en
Colombia, Estados Unidos y España”[3].
En enero de 2011 EPM compró a la firma estadounidense
Ashmore Energy International (AEI), el control accionario de dos
electrificadoras en Centroamérica, la empresa panameña ENSA y la salvadoreña DELSUR.
“El acuerdo
comprende la compraventa de Panamá Distribution Group (PDG) y AEI El Salvador
Holdings Ltda. PDG participa con el 51 por ciento de las acciones de Elektra
Noreste S.A. (Ensa), segunda distribuidora de Panamá. Mientras, AEI El Salvador
Holdings Ltda. controla el 86,41 por ciento de Distribuidora de Electricidad
del Sur (Delsur), que es también la segunda empresa del sector en El Salvador”[4].
Con la
adquisición de estas empresas recibirá otros 680.000 clientes y “le
representarán al Grupo EPM ingresos anuales por unos 657 millones
de dólares”[5].
Con la operación, aumenta a tres el número de países centroamericanos en los
que tiene presencia.
A finales del
2010, compró la Empresa Eléctrica de Guatemala (EEGSA) y Generadores
Hidroeléctricos S.A. (GENHIDRO S.A.) del mismo país, por 635 millones de
dólares, siendo la mayor transacción
internacional que haya realizado, sumando 900.000 “nuevos clientes”. Así en el
servicio de distribución de energía, completa 1'580.000 clientes en
Centroamérica que se suman a los 4'000.000 millones que hoy atiende, agrupados
en Colombia y Guatemala[6].
El Grupo EPM logró
ingresos por $8,4 billones en 2010, en lo que respecta a la utilidad neta esta
ascendió a $1,4 billones, con un margen del 17%[7]. “Sus
activos totales que fueron por $30,4 billones y del patrimonio que se
incrementó en 4% para un total de $18,4 billones. Durante el año anterior la
firma se destacó por realizar cuantiosas inversiones en infraestructura de $1,6
billones”[8].
En cuanto a los resultados
de EPM Casa Matriz, “el desempeño también fue ascendente ya que alcanzó
ingresos operacionales por $4,5 billones con un aumento del 3% frente al 2009.
Las utilidades de la Casa Matriz totalizaron $1,4 billones con un margen neto
del 33%”[9].
Y a pesar de todas
estas cifras tan exorbitantes, mantiene unas altas tarifas en su “Casa Matriz”,
ya que es una multinacional, que tiene como meta la consolidación como un excelente
prestador de los SPD en Centro y Suramérica,
pero no le interesan sus “clientes” en Medellín, pues no le generan muchas
ganancias, incluso actualmente han querido ganar legitimidad internacional
llamando a los desconectados como “morosos”, obviando sus responsabilidades
como desconectador de dignidad.
Así que en la
presente ponencia desarrollaremos la problemática de la desconexión de los SPD
debido a las altas tarifas, lo que produce que la gente no pueda pagar porque
no tiene con qué, ya que existe mucho desempleo y subempleo. Haremos un pequeño
contexto nacional y regional, para luego adentrarnos al caso específico de
Medellín, especialmente en las comunas populares.
Antes que todo
habría que aclarar: ¿Qué es ser/estar Desconectado?[10]
Son aquellas personas, familias o grupos sociales que no cuentan con los SPD de
agua, alcantarillado, energía y teléfono, básicamente por dos factores: porque
no tienen con qué pagar la cuenta, debido al desempleo o la inestabilidad
laboral, o porque el lugar donde viven no pueden conectarse, por estar en zonas
de “alto riesgo”. Es una acción violenta contra las familias pobres y
vulnerables, realizada por EPM u otra empresa prestadora de los SPD o por el
Estado mismo representado en las Alcaldías.
Constituye
una violación a los derechos fundamentales de estas familias y se convierte en
una problemática social que incluso genera riesgo de muerte, siendo una acción
que degrada la calidad de vida de las comunidades y hunde a la personas en un
sentimiento de impotencia al sentirse sin oportunidades, estigmatizado,
discriminado, humillado e indignado pues sus derechos mínimos para subsistir se
han convertido en privilegios, convirtiéndose en una falta de respeto a la
dignidad humana.
CONTEXTO
NACIONAL
En el país existen aproximadamente
10 millones de colombianos que no tienen acceso al agua potable (el 25% de la
población), además de casi 400.000 hogares que no tienen el servicio por falta
de pago en las dos principales ciudades del país: Bogotá y Medellín. Lo
preocupante es que la cifra puede seguir aumentándo de continuarse con los
procesos de privatización.
“El último
censo realizado por el Dane señaló que en las áreas urbanas el 91% de la
población cuenta con agua apta para el consumo humano, mientras que en las
áreas rurales el porcentaje no supera el 66%. Sin embargo, estudios de la
Defensoría del Pueblo y de la Contraloría General de la Nación demuestran que,
por lo menos en las cabeceras municipales, el acceso real al líquido no supera
el 30% y en varias ciudades de la zona andina, Costa Atlántica y Llanos
Orientales, el suministro no se da las 24 horas al día.
A esto se
suma el tema de la calidad. La Defensoría del Pueblo estima que por lo menos en
el 58% de los municipios de Colombia y en 23 ciudades capitales del país el
agua suministrada no es apta para el consumo humano.
La
prestación del servicio presenta un panorama más desalentador. De acuerdo con
la Contraloría General de la Nación, entre los años 1995 y 2000 se registraron
incrementos entre el 38% y el 226% por la facturación del servicio de agua
potable en las 18 principales ciudades del país, aumentos que hasta la fecha no
han cesado. Prueba de ello es el alto número de desconectados que hoy no
cuentan con el vital líquido”[11].
Desde la
implementación de la Ley 142 “el manejo de los acueductos de las principales
ciudades de la Costa Atlántica y de algunas ciudades del interior, incluida
Bogotá, ha pasado a manos de multinacionales como las españolas Suez, Vivendi y
Aguas de Barcelona, lo que ha redundado en aumento en las tarifas sin que ello
implique una mejora en la cobertura y en la prestación del servicio”[12].
En una gran urbe
como Bogotá, de aproximadamente ocho millones de habitantes, casi un millón de
personas no pueden consumir agua porque no tienen con qué pagarla. Según
Colmenares, “en los últimos seis años unas 236.000 familias bogotanas se han
tenido que desconectar del acueducto”[13]
por esa razón. Y añade, “a los más pobres las tarifas del servicio les subieron
en un 237% y a los que son un poco menos pobres, en un 200%”[14].
Tampoco sorprende
que, “en el 2005 –según el Observatorio de Servicios Públicos de la Cámara de
Comercio de Bogotá- el 82% de los encuestados por el Programa “Bogotá, como
vamos” se declare afectado por las altas tarifas del servicio de acueducto,
alcantarillado y aseo”[15].
Respecto
a la energía, el índice de cobertura nacional es de aproximadamente el 93.6% de
las viviendas[16].Y por lo
menos 750.000 personas tienen cortados su servicio de energía eléctrica, por
falta de pago en todo el territorio nacional.
En la Costa Caribe a partir de febrero de 2008 Electrocosta fue absorbida
por Electricaribe de la multinacional española Unión
Fenosa. Esta empresa suministra el 20% de la energía nacional que actualmente
consume esta región colombiana con 1.460.712 clientes de 186 municipios[17] en los departamentos
de La Guajira, Atlántico, Magdalena, Bolívar, Córdoba, Sucre y Cesar.
Las tres ciudades
más importantes de la Costa Caribe, Barranquilla, Cartagena y Santa Marta suman
aproximadamente 55.000 usuarios a los que les fue cortado el suministro de
energía por el no pago, es decir 220.000 personas aproximadamente. [18]
Si en un barrio más del 20% es moroso por falta de pago le cortan la luz (falsos
racionamientos por mantenimientos), sin importar la hora, así en la zona
existan escuelas, hospitales, comercios o zonas sensibles. Se meten en las
viviendas para buscar posibles fraudes con o sin orden de cateo, rompen muros o
fachadas de las viviendas o negocios, cortan la luz antes del tiempo de
vencimiento de facturas y realizan cambios de acometidas y contadores sin
autorización de los dueños de las viviendas[19].
En la ciudad de
Bogotá, existen por lo menos unos
21.000 hogares desconectados de la energía, es decir aproximadamente unas
100.000 personas en la ciudad. “Una de las zonas más afectadas por los cortes
de luz es el sur, especialmente en el sector de Ciudad Bolívar, por ejemplo, en
el barrio El Divino Niño y Minuto de Dios, donde varios hogares aún tienen luz
de contrabando y diariamente los técnicos de la empresa de energía descubren
líneas piratas que alimentan la electricidad de varias viviendas en una sola
cuadra”[20].
Por otra parte,
también debemos denunciar toda la presencia multinacional de empresas
prestadoras de SPD, que día a día cometen violaciones a los derechos humanos
tanto a trabajadores como a la totalidad del pueblo colombiano. Para ello nos
referiremos a los casos presentados ante Tribunal Permanente de los Pueblos
(TPP), Sesión Colombia, en la Audiencia sobre Empresas del sector, ocurrida en Bogotá
en marzo de 2008.
En el caso de Unión Fenosa, se le
acusó de vulneración de derechos laborales y sindicales y daños graves a
territorios de grupos étnicos y campesinos. La empresa Canal Isabel II y su
filial METROAGUA, viola los derechos de acceso al agua y a los servicios
sanitarios, así como los derechos a la salud y a un nivel de vida humano de la
población de Taganga (Magdalena).
A ENDESA se le acusó por violación a
los derechos laborales y sindicales de sus trabajadores. Y sobre el deterioro
ambiental que ha generado su filial EMGESA en zonas como las de los ríos
Bogotá, Guarinó y otros. Actualmente tiene en proyecto la
construcción de la represa El Quimbo en el departamento del Huila.
La empresa Aguas de Barcelona y a su filial
Aguas de Cartagena se le acusó por violación a los derechos laborales,
sindicales, al medio ambiente y a los derechos de los consumidores. A la
empresa TELEFÓNICA se le acusó de beneficiarse abusivamente de la privatización
de Telecom y de de vulnerar los derechos de asociación de los trabajadores.
Sin embargo ante
este panorama tan devastador, también se encuentran experiencias de resistencia
ante la gestión del recurso agua, como son las “empresas comunitarias del agua”
el caso ECAAS en Saravena (Arauca) o las redes de acueductos comunitarios y
veredales a lo largo y ancho del país, que funcionan a pesar de todas las
trabas jurídicas impuestas por la ley 142, que impone demasiados requisitos con
el ánimo de ir entregando poco a poco estas pequeños acueductos a grandes
empresas como EPM o cualquier otra multinacional.
PROBLEMÁTICAS
EN ANTIOQUIA.
Antes 1994 no se
hablaba de los “desconectados”, pero al momento de empezar a aplicarse la ley
142 con toda su rigurosidad, en la región empieza a producirse este drama
humano, al incrementarse el precio de las tarifas y disminuir los subsidios
otorgados por el Estado, poniendo a las comunidades frente al dilema “o comemos
o pagamos”.
En todo el
departamento se viene presentando una situación crítica por la que tienen que
atravesar miles de familias, que hoy en pleno siglo XXI, no poseen o no tienen
acceso a los SPD de agua potable y energía eléctrica. Por lo que amerita mayor
atención por parte de los entes gubernamentales, y una creciente exigibilidad
de sus derechos por parte de los ciudadanos.
En todas las
subregiones, existen personas desconectadas de los SPD, algunos casos más
emblemáticos, como el de Medellín y el Valle de Aburrá, algunos significativos
como el Oriente antioqueño y otros no tan conocidos como el del Urabá.
Es importante
destacar los altos niveles de desigualdad en subregiones como “Oriente en
acueducto, Suroeste en agua potable, Bajo Cauca y Norte en alcantarillado,
Norte en energía y Bajo Cauca en recolección de desechos sólidos”[21].
Para el caso de la energía, EPM compró en el 2005 a
la Empresa de Energía de Antioquia EADE, quedando como único prestador del
servicios en toda la región, de allí pasaron a ser nuevos clientes de EPM una
cantidad de 563.526 Suscriptores, y a su vez 54.433 desconectados.
Los usuarios
desconectados de la energía eléctrica por subregiones en Antioquia[22] a 2008
son los siguientes:
REGIÓN
|
DESCONECTADOS
|
Urabá
|
17.550
|
Oriente
|
14.371
|
Nordeste
|
5.081
|
Suroeste
|
7.021
|
Occidente
|
3.271
|
Norte-Bajo Cauca
|
12.139
|
El total de desconectados
en las subregiones es de aproximadamente
59.433 hogares, es decir casi la mitad de los existentes en Antioquia. En la región del Urabá, el porcentaje de
usuarios desconectados de la energía es del 20%, en el Oriente el 8.7%, en el
Nordeste de 7.3% y en el Occidente y el Suroeste del 6.1%.
“Una gran parte de los municipios de Urabá, no tiene
acceso a la energía, en este sentido, el desarrollo no alcanza a llegar a todos
los rincones del territorio. Desde hace unos años, EPM y Eade han tirado redes
y tratado de llegar a los puntos más críticos, sin embargo, aún para el primer
semestre de 2010, había municipios sin luz”[23].
Frente a esta problemática EPM pretende proveer el
servicio de energía a través del prepago, “la meta es instalar el sistema en
3.500 hogares de nueve municipios, al cierre de 2010”. Urabá es la segunda
experiencia del programa “Antioquia Iluminada” y “EPM espera continuar con las
instalaciones y el ofrecimiento del servicio en los próximos meses en el Norte
y el Bajo Cauca. Posteriormente en Nordeste y Occidente, y finalmente, para
cubrir todo el departamento, se espera que las subregiones de Oriente y
Suroeste también llegue la energía a finales de este año o comienzos del
próximo”[24].
En el municipio de
Turbo, encontramos el caso de varias familias que no tienen acceso al servicio
de agua potable. Por ejemplo en los barrios Pescador I y II, El Mocho y La
Playa, que son terrenos de invasión, sus habitantes tienen que comprar el agua
en galones. Respecto al servicio de alcantarillado, pues ni que hablar, todas
sus aguas negras y lluvias son arrojadas a la ciénaga y posteriormente van al
mar.
Por otra parte, en
el Oriente antioqueño miles de familias hoy no cuentan con buenos sistemas de
acueducto o carecen de la energía, y lo que parece más irónico, tal como lo
afirma un campesino es que “de nuestras aguas surge la energía, que nos niegan
día a día”. El Oriente es la zona de mayor producción de energía eléctrica en
el país, con un porcentaje del 35%, por sus excelentes recursos hídricos.
“El gran patrimonio
de la subregión está en sus bosques y en sus ríos, que han dado la posibilidad
de instalar grandes embalses e instalaciones de generación hidroeléctrica, con
una capacidad instalada de 2.200 MW de energía eléctrica.”[25].
Allí se encuentran los embalses de El Peñol-Guatapé (el más grande Colombia),
San Lorenzo, Playas, Santa Rita, Calderas y Punchiná. Además del embalse de la
Fe, que surte el 25% del agua para consumo humano de Medellín. Asimismo se
encuentran las centrales para transmisión de energía de Guatapé, Playas,
Calderas, San Carlos y Jaguas.
Pero también se presenta otra situación, y es
la precariedad económica de gran parte de la población para poder pagar la
factura; afectando su situación de bienestar al verse obligados a utilizar los
pocos ingresos que obtienen en el pago de los servicios o someterse a la
desconexión de los mismos, tal como lo señala una habitante de la región: "Muchas familias tienen que dejar que les mochen la luz, porque no
tienen con qué pagar, sobre todo, los desplazados que han regresado"[26].
Por su parte entre el Norte y
el Nordeste de Antioquia actualmente se concluye la construcción del
proyecto hidroeléctrico Porce III, que le aportará 660 MW al Sistema
Interconectado Nacional, y se inicia la construcción de Porce IV, con 400 MW
que entrarán en vigencia a partir de 2015.
Adicionalmente en el Norte lejano se
adelantará la construcción del proyecto Pescadero Ituango, el desarrollo
hidroeléctrico más grande del país, que producirá 2,400 MW a partir de 2018. EPM construirá
y operará la Central Hidroeléctrica ya
que “la compañía adquirió la participación
accionaria del Instituto para el Desarrollo de Antioquia y de algunos
accionistas minoritarios en EPM Ituango S.A. E.S.P., llegando a tener una
participación accionaria directa del 97,1% de las acciones”[27].
El lapso fijado para el manejo del proyecto por parte de EPM es de
51 años[28].
CASO MEDELLÍN
En la ciudad se presentan varias
problemáticas relacionadas con los SPD como
son: la desconexión, la falta de cobertura, las altas tarifas, la implementación
de la energía prepago[29], las
“pilas públicas” de energía, la refinanciación de las deudas y el cobro del impuesto
al alumbrado público, como consecuencia de la privatización de los servicios
por parte del Estado y de las EPM.
En Medellín, a diciembre de 2010 existían
más de 40.000 hogares desconectados, que se les corta y/o suspende del agua y
de la luz, afectando la dignidad de las familias y vulnerando sus derechos fundamentales.
Se encuentran problemas relacionados con el acceso a los SPD, existen barrios enteros que no cuentan con los servicios de acueducto y
alcantarillado, así que para suplir esta necesidad, los habitantes han tenido
que construir sus propios servicios de manera artesanal, que, aunque con buena
intención, no cumplen unos mínimos estándares de calidad y sanidad, el agua que toman no es apta para el consumo
humano y no llega en suficiente cantidad; y el alcantarillado corre a
cielo abierto desembocando en las quebradas sin ningún tipo de tratamiento
previo, produciendo graves afectaciones
a la salud pública de las comunidades y del medio ambiente.
El argumento de EPM y la Alcaldía para
no prestar los servicios es que se encuentran en zonas de “alto riesgo”, encentrándose
en esta situación aproximadamente 30.000 familias. En estos barrios periféricos
EPM no presta el servicio de energía de manera regular con un contador
individual, por lo tanto se utiliza un sistema llamado “pilas públicas”[30],
pero esto genera una mala facturación, pues a los hogares no se les cobra un
consumo real sino uno promedio que oscila entre $38.000 y $45.000 mensuales para el estrato 1.
La situación socioeconómica de las familias es muy precaria, un gran
porcentaje no tienen un trabajo estable o son mal remuneradas, muchos son
desplazados, madres cabeza de hogar y realizan el “recorrido”, que consiste en
pedir, casi que mendigar, alimentos en los barrios y plazas de la ciudad.
Las zonas donde mayor desconexión se halla, son aquellas donde habitan
las personas más pobres y marginadas de la ciudad. Existe dos factores claves a la hora de entender el problema de la desconexión, por un lado está el
desempleo o los insuficientes ingresos familiares, y por otro el costo del agua
y la energía, que supera la capacidad de pago de las familias.
En los barrios populares encontramos niveles de desempleo que oscilan
entre el 40% y 50% de la población, muchos se dedican al “rebusque”, las ventas
ambulantes, la albañilería, los arreglos eléctricos, el reciclaje y los oficios
domésticos. Respecto a las altas tarifas,
un buen porcentaje de los ciudadanos gasta una parte considerable
de sus ingresos mínimos en el pago de los servicios, muchas veces dejando de
comer adecuadamente.
Consecuencias que genera la desconexión
Cuando una familia se encuentra sin energía puede ser muy peligroso recurrir a alternativas
como el uso de velas para iluminar la vivienda, pues está más propenso a un
incendio, sobre todo cuando allí habitan niños pequeños y/o las casas son de
tablas. Un ejemplo es la situación cruel
que vivió doña Estella en el barrio Paris en el 2007, cuando se quemó la casa
con sus dos hijas menores (Susana y Vanessa), por causa de una conflagración
provocado por una vela. La familia llevaba seis meses desconectada de los SPD
por razones económicas.[31]
Es por ello que el 27 de agosto, día en que murieron las niñas, en
Medellín se conmemora el “día de la dignidad y resistencia de los
desconectados” en honor a la memoria de estas dos víctimas de la desconexión de
la energía.
Lo mismo ocurrió en noviembre del 2009 donde murieron 3 niños en el
barrio Santa Rita y en agosto del 2010 donde murió un menor en el barrio La
Gabriela del municipio de Bello. Definitivamente la desconexión se convierte en
un riesgo de muerte para los niños de los barrios populares, donde en estos
últimos 3 años ya ha cobrado seis vidas. Ojalá estas tragedias no se repitan
nunca más.
Por otra parte el no contar con un
sistema de alcantarillado para tratar las aguas negras y lluvias permite que
estas aguas se filtren en la tierra y pueda producir deslizamientos, como el
ocurrido en el barrio Villa Turbay de la comuna 8, donde en abril de 2011
murieron 4 personas. Así mismo esto hace que los terrenos se vuelvan inestables,
las zonas sean potencialmente de “alto riesgo” y se tenga que desalojar a
cientos de familias.
Así mismo la carencia de saneamiento básico, produce enfermedades de tipo alérgico, como sarpullidos y brotes en la
piel, o puede ser motivo de pandemia o alteraciones en la salud pública,
aumentando plagas, como los zancudos, cucarachas y ratas.
La falta de agua potable tiene implicaciones en la salud de las
personas, siendo los niños y las niñas los más perjudicados. Produce enfermedades estomacales, como
diarreas e infecciones intestinales. Por otro lado se dificulta el
consumo de bebidas, la cocción y la manipulación de alimentos, el aseo de los
utensilios de la cocina y asimismo el aseo personal y doméstico. Además alumbrarse con velas o cocinar con leña causa
enfermedades respiratorias y de la vista.
Respecto a la salud mental, la desconexión ocasiona preocupación y estrés por las
deudas, angustia, mal genio, desconcentración, ganas de llorar, impotencia y
deteriora las relaciones familiares. Además “constatamos temores permanentes en
la gente por la posible pérdida de sus bienes, como sus precarias viviendas, a
raíz de la incapacidad de resolver la deuda”[32].
Asimismo la desconexión causa efectos negativos
sobre la educación: sin los servicios públicos básicos se hace imposible que un
niño o joven estudie en condiciones aptas, por causa de condiciones inadecuadas
en la vivienda, por ejemplo iluminación para desarrollar las tareas escolares,
lo cual afecta su rendimiento académico. En algunos casos las familias
prefieren no enviar a sus hijos a estudiar en estas condiciones, presentándose
así baja asistencia y en muchos casos hasta deserción escolar.
Las
soluciones al problema de los desconectados es un asunto de voluntad política
Hay que dar un debate público y aportar a la discusión política con una posición
clara: los SPD son derechos fundamentales a los que debe acceder toda la
población, sin distinción alguna, amparados en un modelo de Estado Social y
Democrático de Derecho, tal como lo plantea la Carta Política y desmontando la
idea que tienen las administraciones locales[33] y
las empresas prestadoras de que son mercancías y solo consume el que tenga con
qué pagarlos, amparados en un modelo de Estado Neoliberal y excluyente.
Las opciones propuestas desde la Administración y las EPM obedecen básicamente
a políticas de gestión de mercado, lo cual es motivo de preocupación, ya que obedecen a estrategias que giran en torno a la
ganancia y de no perder dinero, todo ello a costa de los pobres, en vez de
atacar las causas estructurales del problema.
Las metodologías y estrategias utilizadas hasta ahora como el prepago no
son las adecuadas, ni las suficientes; solamente disfrazan el problema y siguen
apuntando a que el agua y la energía deben tratarse como mercancías. La mejor
solución es entender que estos servicios son un derecho que no se puede
mercantilizar, que no se puede privatizar y que no se le puede negar a las
personas que no tengan capacidad de pago.
Ningún gobierno se ha dado la pela para remediar el problema, porque
solo se soluciona en la medida que haya políticas públicas no sólo en el tema
de desconectados, sino de generación de empleo y mejoramiento de los ingresos. Este
es un tema de recursos, porque los desconectados no están así porque quieren,
sino porque no pueden pagar. También falta
voluntad política de la administración municipal para invertir dinero en las
zonas de “alto costo”[34], o
sea que estamos prácticamente ante un estado de Emergencia Social[35].
“Nosotros, desde el mundo de los desconectados, de los que luchamos por
esta causa, tenemos plena certeza que no ha habido voluntad política ni del
Alcalde, ni del Concejo Municipal, ni de las EPM para solucionar el problema en
este sentido: en un Estado Social de Derecho, debe garantizarse el mínimo vital
de agua y energía a las personas que acrediten su incapacidad de pago. Entonces
nosotros hemos venido hablando de que debe haber una canasta de consumo
doméstico en agua y energía”[36].
Las soluciones pasan más por un asunto de voluntad política que de
carácter económico, tal como nos lo demuestran las cifras; si
la Alcaldía de Medellín decidiera reconectar a las personas que hoy padecen de
la falta de agua y energía por física incapacidad de pago y por su situación de
pobreza extrema, esto les costaría al municipio sólo una suma aproximada de 32
mil millones de pesos, lo cual no alcanzaría a representar ni siquiera el 0.5%
del total de las ganancias obtenidas por EPM en el año 2010, que fueron del
orden de 1,4 billones de pesos y por ende no se daría una situación de quiebra
para la entidad[37].
Pero la problemática no acaba allí,
después de esta condonación de las deudas a los desconectados de los estratos
1, 2 y 3, se debe empezar la aplicación de una verdadera política del Mínimo
Vital de Subsistencia[38]
para los servicios de agua potable (que incluye acueducto y alcantarillado) de 5
mt3 por habitante y para el caso de la energía de 40 kw/h al mes,
para cada habitante de los estratos 1 y 2. Esto puede costar anualmente una
suma aproximada de 150 mil millones de pesos.
Pero si observamos el presupuesto
municipal aprobado para el año 2011, que oscila en 3.3 billones de pesos,
miramos que es una suma muy mínima, comparado con otros gastos en que ha
incurrido la Administración Salazar y el “honorable” Concejo de Medellín, solo
por mencionar uno: la aprobación de 400
mil millones de pesos para el proyecto “Autopistas de la Montaña”, donde las
obras no se construirán dentro del perímetro del municipio y beneficiará a los
grandes grupos económicos del departamento.
Ahora bien frente a los problemas de
acceso, la primera medida a tomar es la construcción urgente de sistemas de
acueducto y alcantarillados convencionales y no convencionales, dependiendo de
las características del suelo; y con subsidios de hasta el 100% para la
población vulnerable y desplazada, a su vez del fortalecimiento de los
acueductos comunitarios barriales para garantizar el acceso al agua potable y
de bajo costo. Para el caso de la energía se necesita lobby político para
derogar la reglamentación de la CREG que prohíbe la instalación de contadores
en los asentamientos subnormales[39].
Finalmente queda decir a las comunidades y sus organizaciones sociales y
populares, que tienen una tarea y es la unión de luchas para la exigencia de
sus derechos a los SPD y a una vida digna, a través de la movilización social y
la protesta pacífica, para generar presión política y espacio de debate ante
las EPM y la Alcaldía, porque no solo se debe denunciar, sino también proponer,
para generar cambios y poder transformar la realidad.
[1] En:
http://www.somosgrupoepm.com/
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.
[4] En: http://portal.araujoibarra.com/biblioteca-y-articulos/noticias-de-comercio-exterior-1/noticias-2010/el-grupo-colombiano-epm-acuerda-la-compra-de-electricas-de-el-salvador-y-panama. Fuente: EFE
18/01/2011
[7] En: http://www.larepublica.com.co/archivos/EMPRESAS/2011-03-15/grupo-epm-logro-ingresos-por-84-billones-en-2010_124275.php
[8] Ibíd.
[9] Ibíd.
[10]
Este concepto fue construido con base en “la teoría fundada”, que consiste en
llegar a la definición de un término no desde una teoría determinada, sino de
la práctica misma y de la experiencia propia de cada individuo o colectividad.
Para el caso concreto se realizó con los estudiantes de la VI cohorte del
diplomado de SPD del Valle de Aburra, donde muchos de sus integrantes son
personas que han sufrido y/o están desconectadas y personas de organizaciones
sociales.
[11] AGENCIA DE PRENSA IPC. “El
agua busca un espacio en la Constitución como derecho fundamental”. /
Martes 10 de junio de 2008.
[12] Ibíd.
[13]
SALAZAR, Hernando. “Colombia: piden referendo por el agua”. 25 de marzo de
2008. En: www.bbcmundo.com.
[14]
Ibíd.
[15]
COLMENARES, Rafael. “El Agua y Bogotá:
Un Panorama de Insostenibilidad”. Sin año. En: www.fescol.org.co.
[16]
En: www.creg.gov.co.
[17] En:
http://www.icemcolombia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=302:electrocosta-sera-ahora-electricaribe&catid=10&Itemid=3. Lunes,
04 de Febrero de 2008
[18] CASTAÑO, José Alejandro. “Colombia: 650 mil personas tienen la
luz cortada porque no pueden pagar las facturas”. En: El Tiempo, 11 de
diciembre de 2006.
[20] CASTAÑO, José Alejandro. Op, Cit. 2006.
[21] GIRALDO,
Jorge. “Alianza de Antioquia por la Equidad”. 2006.
[22] Respuesta al derecho de petición
presentado ante las EPM, con radicado 8140-01418042 de febrero 18 de 2008.
[24] Ibíd.
[25] TREJOS, William, delegado de Sintraisa. En: Acta Foro
Energético del Oriente Antioqueño. Por el derecho a los servicios públicos. 24 de Septiembre de
2007. Coliseo Mario Giraldo,
municipio de Santuario.
[26]
Gloria Ramírez, municipio de Granada.
[28]
En:
http://rse.larepublica.com.co/archivos/EMPRESAS/2010-10-28/epm-construira-y-operara-la-central-hidroelectrica-ituango_113980.php.
Publicado: 28.10.2010
[30] Pila pública es un contador que se coloca en los postes y
distribuye energía a 15 o 20 viviendas aproximadamente.
[32]
RED DE ORGANIZACIONES COMUNITARIAS. “Desconexión: Miseria y Exclusión”.
Medellín. 2008.
[33] En respuesta a derecho de petición, con el radicado 02662347 del 23 de mayo
de 2008, el alcalde Alonso Salazar, afirma: “los SPD tienen una clara
naturaleza económica, no gratuita” y manifiesta que los SPD no son un derecho
fundamental, esto preocupa en la medida que con esta visión es muy difícil
lograr una solución real al problema de la desconexión en la ciudad.
[34] Argumentamos que son zonas de alto costo y no de alto riesgo,
debido a que los estudios geotécnicos y de suelos muy claramente expresan que
están zonas se han venido deteriorando precisamente por la falta de inversión
en sistemas de acueducto y alcantarillado, que son las causas que generan el
mayor riesgo en estos territorios.
[35] La Emergencia social es una figura política que permite que un Estado tome
medidas urgentes para subsanar ese problema y que destine recursos económicos
para su pronta solución antes de agravarse más la situación, la cuestión hoy en
día es que el término se “vulgarizo”, cuando se declaro la “emergencia social”
con el sistema de salud, que en vez de atacar el problema, genero medidas de
corte en lo presupuestal y en fin, de restricciones a los derechos de los
ciudadanos.
[36] GUZMÁN, Sergio. En: Programa de Televisión realizado
por el ITM: “El Medellín no contado”. Abril 5 de 2008. Telemedellín.
[37] Argumento utilizado por los abogados de EPM y ratificado
por algunos jueces de la ciudad, para negar la condonación de deudas.
[38] Decimos verdadera ya que la actual solamente se aprobó
para 45.000 familias, donde hasta el 2010 solo iban beneficiadas 30.000 y con
un factor totalmente EXCLUYENTE pues un requisito para acceder a este subsidio
es no estar en situación de desconexión, entiéndase todo esto como focalización de la pobreza.
[39]
Esto es posible, si EPM lo logró para la instalación de medidores prepago, ¿por
qué no hacerlo con medidores pos-pago?
Es muy interesante y valiente lo que se hace desde esta mesa interbarrial de desconectados, me gustaría poder participar en su lucha CARLOSTEC53@GMAIL.COM
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