El Centro de
Salud, el jardín infantil “Mamá Chila” y el Centro de Desarrollo Cultural se
construyeron en Moravia en el marco de ejecución del Plan Parcial de
Mejoramiento Integral Barrial (2006); sin embargo, obras como el Edificio
del Mercado, el Parque Industrial de Reciclaje y las Unidades de Gestión de
Interés Social (UGIS) I - II, que buscaban la sostenibilidad social y económica
de las familias para que permanecieran en el territorio, pasaron a un segundo plano; como consecuencia alrededor de 3.000
familias del sector del Morro de Moravia fueron expropiadas y reubicadas en
otros sectores de la ciudad y miles de familias fueron impactadas con la
pérdida del empleo y la generación de ingresos.
En el Morro
resisten aun 252 hogares en 150 viviendas que no quieren salir mal librados en
la negociación con la Alcaldía como sus antiguos vecinos. En razón de las
problemáticas en las urbanizaciones de Ciudadela Nuevo Occidente y las
consecuencias nefastas de los procesos de reubicación, se constituyó en febrero de 2012 la Mesa de
Concertación del Morro de Moravia, con el fin de sentar a los actores institucionales
con los habitantes del barrio para concertar alternativas de reasentamiento y
soluciones de vivienda digna.
Las principales
propuestas de la Mesa exigen el reasentamiento de las familias
en el entorno de Moravia como garantía de permanencia en el territorio; la
inclusión de las familias en el censo poblacional, aquellas denominadas “hijos
de Moravia” que con el paso del tiempo formaron nuevos núcleos familiares; la
adecuación de la base del morro para el reasentamiento de los poseedores y la
salida de la Asfaltadora Colombia para construir allí soluciones de vivienda
para los afectados por el Plan Parcial.
Mediante la
interlocución con instituciones como el ISVIMED (Instituto Social de Vivienda y hábitat de
Medellín y el Departamento Administrativo de Planeación (DAP), la Mesa ha
insistido en la suspensión de las expropiaciones en el Morro bajo la exigencia
de alternativas concertadas con las familias, logrando la inclusión de 100
núcleos familiares en el censo poblacional para ser atendidos con soluciones de
vivienda independientes y un plan de construcción de la urbanización “Miradores
de Moravia” para 108 familias del sector.
Sin embargo, no se
ha avanzado en las alternativas de reasentamiento en vivienda usada para los
poseedores, pese a que la Mesa de Concertación ha llevado propuestas a la
administración. La mayor dificultad radica en que en Moravia no se encuentran
viviendas de precios inferiores a 42 millones de pesos, gracias a la
especulación inmobiliaria que generó la misma intervención, lo que hace que las
familias tengan que buscar casa en los barrios más altos o en zonas de
conflicto armado, donde las viviendas son de bajo costo.
El tema del
reasentamiento en sitio, es una exigencia que tiene fundamento en distintos instrumentos
internacionales de los derechos humanos y del mismo Plan Parcial se desprenden
acuerdos pactados con la comunidad, como garantía de que los barrios en proceso
de transformación urbana puedan ser habitados por las personas y familias que
de manera precaria, con escaso apoyo estatal civilizaron los suelos y
levantaron sus barrios.
En esa búsqueda de
alternativas, la Mesa exige a la Administración municipal desde mediados del
2013 un estudio de suelos que determine riesgos y amenazas reales y no supuestos,
que nos indicara qué zonas podrían ser habitadas en Moravia, información
urgente y necesaria en estos procesos donde el tiempo es un factor que juega en
contra; pasan los meses y los costos de lotes y viviendas se encarecen,
mientras que el subsidio apenas es de 70 salarios mínimos mensuales por
familia.
Cabe anotar que
para el estudio de suelos del año 2004 se habían realizado 80 perforaciones de
distintas profundidades resultando la definición de zonas de riesgo severas
para habitar tres sectores de Moravia: el Morro de basuras, el Oasis Tropical y
la curva del diablo. Para el año 2010, con excepción de la zona donde se
construyó la urbanización La Herradura, el Morro y el Oasis eran las únicas
zonas del barrio con restricciones geológicas para su habitabilidad.
Para el estudio de
suelos socializado el pasado 29 de abril, la Facultad de Minas (UN) realizó 11
perforaciones en zonas como Carabobo y La Bermejala, coincidencialmente esas
zonas que habían sido previamente intervenidas por la administración, dieron
como resultado suelos de baja calidad para la construcción.
Con excepción del
lote donde se ubica La Asfaltadora Colombia el estudio restringe la
habitabilidad en el resto de los sectores de Moravia, así por ejemplo, para
construir en las zonas aledañas al Morro de basuras y a la quebrada La Bermejala una casa de cinco
pisos requiere cimientos de cinco metros de profundidad; para el Oasis una
vivienda de igual número de pisos requiere profundidades mínimas de siete metros;
para que las familias puedan seguir habitando Moravia, la Administración
municipal debería invertir recursos suficientes para construir las viviendas con las
especificaciones técnicas recomendadas.
Varios
interrogantes surgen de la socialización del estudio, pero si revisamos la
actual formulación del POT, vamos aclarándolos: El POT de 2006 tenía definido
en Moravia un tratamiento urbanístico de Mejoramiento Integral por la precariedad del barrio
requiriendo un proceso de regularización, legalizaciones y mejoramientos de
viviendas, adecuación de redes de servicios públicos domiciliarios,
mejoramiento de vías, construcción de
equipamientos, y sobre todo mitigación del riesgo.
La formulación del
POT actual define esta zona bajo un tratamiento de renovación urbana -así como
todos aquellos barrios y sectores contiguos a las riberas del río Medellín- lo
que implica, cambios en el uso del suelo y en consecuencia desplazamientos por
el desarrollo (gentrificación, según los teóricos); el cambio de la vocación
popular del barrio para ofertar servicios y vivienda no de interés social, sino
comercial, que pueda albergar habitantes con mayores niveles de ingreso, al
estilo de Naranjal.
¿Cómo es posible que el Estado use el mecanismo de la expropiación administrativa para liberar suelo a las empresas privadas?¿Por qué la Administración
avanzó en otras obras sin ocuparse de la mitigación del riesgo? ¿Cómo puede Planeación municipal pasar
un barrio de Mejoramiento Integral a Renovación, sin mejorar del todo las
condiciones de precariedad y sin garantizar la permanencia de los habitantes en
el territorio?
El panorama señala las tendencias sobre el futuro de la vivienda
popular en la ciudad: Primero, la poca o nula voluntad política de la
Administración municipal por resolver asuntos tan apremiantes como es la
vivienda para la población vulnerable, y sin el menor esfuerzo de aminorar los
impactos por la construcción de obras incrementa el déficit cuantitativo de
vivienda que ya de por si es alarmante.
Segundo, con la
implementación de megaproyectos en el rio (parque metropolitano de servicios) y
en los bordes de ladera (cinturón verde metropolitano) se extingue el suelo de
bajo costo para que todas las familias puedan acceder a una vivienda en
Medellín. Así mismo, los nuevos costos por valorización que obligan a pagar a
los impactados por nuevas obras encarecen la vida y genera desplazamientos de
población, especialmente pobre.
Por último, ante ese
modelo de ciudad planteado por actores estatales y privados, no queda más
alternativa que el fortalecimiento de las organizaciones comunitarias a partir de
la apropiación del territorio, en esta ciudad donde la mayoría de sus barrios han
sido construidos por la organización barrial, los sectores populares tienen
toda la legitimidad para defenderse del despojo y la expulsión.
Corporación
Jurídica Libertad
Mesa Interbarrial de Desconectados
Mesa Interbarrial de Desconectados
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