lunes, 5 de diciembre de 2016


Esta ciudad es el resultado de la acción de un pueblo solidario, se expresa en las comunas, tantos barrios construidos por iniciativa popular y mediante el trabajo colectivo. Sin embargo, somos testigos de la transformación física que vienen patrocinando los malos gobiernos, con proyectos urbanísticos que originan conflictos para los pobladores de los barrios, amenazando la permanencia de las viviendas y la tranquilidad de las familias.


Se puede reconocer que en el Morro de Moravia algo cambió, pero desconocemos los impactos de la expulsión de los pobladores que desde el 2006 promovió la administración; en el barrio Caicedo La Toma, donde se construyó el Museo Casa de la Memoria se puede observar desde el 2009 la transformación física y también la expulsión de parte del vecindario; igualmente los pobladores y comerciantes de Ayacucho sufren los impactos socio económicos desde el 2011, por obras del Tranvía.

Los pobladores de Naranjal y Arrabal, ven desde el 2012 como los expulsan, junto a los trabajadores del sector y al mismo tiempo, como llegaron las moles de cemento de las empresas constructoras. Los que habitaban Puerto Nuevo y Palermo, fueron desalojados desde el 2014 para construir el Puente de la Madre Laura. Familias del 13 de Noviembre y Esfuerzos de Paz, afectados por el Jardín Circunvalar desde el 2014, todavía lidian con sus impactos, y en Las Independencias también son testigos del desplazamiento de la población y de la construcción de obras que suman a la estética urbana, pero no impactan la pobreza, pues pese a la nueva infraestructura se asoman historias de vecinos y vecinas en condiciones de empobrecimiento después de estas obras. Planeando espacios sin gente y territorios sin comunidades, arrasa el desarrollo de los malos gobiernos, despojando vecindarios enteros y su memoria histórica.

Ante tal panorama, expresamos nuestra voz de resistencia y llamamos a los pobladores y colectivos a vivir el Barrio como la casa grande, continuando su mejora; apostando a la formación de las organizaciones, a preparar las luchas y asociarnos para seguir alcanzando nuestro anhelo de una vivienda digna; creando grupos de trabajo capaces de construir y transformar el territorio, dispuestos a aprender nuevas formas de hacer y relacionarnos.

En todas las comunas sigue naciendo la acción creadora, el arte y la cultura son expresión de nuestros deseos como comunidades y suman a nuevos mundos imaginados. Es por eso que construiremos el Carnaval por la Vida Digna este 10 de diciembre en el barrio Las Independencias, comuna 13, un espacio de encuentro donde nuestras luchas suenen en una polifonía de músicas y expresiones populares, manifestando toda la riqueza de la diferencia, la alegre rebeldía, policromática, amplia y recogedora.

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