Un caluroso saludo de parte de la Mesa
Interbarrial de Desconectadxs y Vivienda Digna.
Queremos invitarles de nuevo al
Carnaval por la Vida Digna. El año pasado realizamos el Carnaval “sobre ese morro quiero vivir” en la
comuna 13 de Medellín dándole un gran abrazo a los barrios Independencias 1, 2
y 3, rechazando las múltiples vulneraciones a los derechos humanos tanto por
las acciones militares que allí se realizaron en 2002 conocidas como operación
Orión y Mariscal y por la expulsión varias familias por el desarrollo de la vía
Media Ladera.
Nos vimos reunidos más de 800 personas
de 50 organizaciones sociales, quienes a través de 3 recorridos simultáneos
(Agua, Tierra y Aire) quisimos decirle al Movimiento Social que nuestras luchas
son similares en lo elemental y que por ello estamos llamados a través de la
lucha (el fuego) a unir nuestras fuerzas, mostramos, Los Carnavaleros, que era
posible ser diferentes y encontrarnos para construir juntos.
Este año buscamos refrescar la memoria de la ciudad, contar quienes y
como se construyó Medellín desde los barrios populares; queremos reivindicar y
reconocer las practicas comunitarias de autogestión y organización ante las
desventajas que deja el desplazamiento forzoso, la negligencia gubernamental,
la disputa territorial y la presencia de un sin número de actores armados.
Esas mismas comunidades son quienes han sufrido la muerte, las masacres,
la desaparición forzada y el conflicto armado en carne propia. Además son las
que se han movilizado para la conformación de espacios de participación y
canales de debate que permitan pensarse y crearse las formas de resolver las
diferentes problemáticas que atraviesan la realidad de los barrios.
A pesar de esta historia tan compleja de consolidación de la ciudad de
Medellín, los discursos y dinámicas institucionales de la administración
pública han hecho énfasis en las restricciones de intervención que implica la
informalidad en los barrios e insisten en la renovación urbana por encima del
mejoramiento integral. En vez de construir soluciones conjuntas con quienes
habitan y conocen el territorio, imponen una idea del desarrollo que no
reconoce la experiencia comunitaria.
Somos conocedores de la existencia de recursos y viabilización técnica
para hacer mega obras de costos desproporcionados como Parques Biblioteca,
Unidades de Vida Articuladas – UVA, eco parques y senderos ecológicos y por
esto se le han dado largas a acciones de gran importancia como la de crear un
Plan Municipal de Mitigación de Riesgos, siendo la situación de riesgo la
principal razón por la que las comunidades no cuentan con una seguridad
jurídica sobre la tenencia de sus predios y viviendas y también la causa por la
que tantas personas reciben una orden de evacuación o desalojo. Es evidente que
la resistencia y organización de las comunidades de los barrios
autoconstruidos, es más vigente que nunca.
Este Carnaval por la Vida Digna es la
manifestación de un discurso contra hegemónico en el que las clases oprimidas
expresamos una resistencia ante la imposición de un modelo económico
capitalista excluyente, empobrecedor y autoritario, que en nuestra ciudad esta
encarnado en parte, por el Grupo Económico Antioqueño, por el sector
inmobiliario (sector privado), las EPM, la EDU (sector público) que son
incapaces de humanizar sus empresas ante el lucro privado y que por el
contrario amenazan con la expulsión y el desalojo de miles de familias de los
barrios populares de nuestra ciudad debido a la implementación de planes de ordenamiento
territorial donde el territorio es simplemente el espacio donde desarrollar a
la fuerza y atropellando, sus proyectos económicos privados disfrazados por la
Alcaldía de Medellín de bien común e interés general.
Es Hora de unir las fuerzas en torno a
un objetivo común, de comprender que nuestras luchas son colectivas y que
juntos logramos cosas hermosas, pongamos sobre el escenario político las
problemáticas comunes para proponer conjuntamente un nuevo mundo, una nueva
Colombia y esto basados en la capacidad de respeto por la diferencia pues
debemos apoyarnos mutuamente, para que esa lucha sea colectiva, de todos.
Quien lucha tiene el derecho de decidir a dónde lleva su camino y con quién
camina. El apoyo es respeto y no dirección ni mando. Nadie nos
va a liberar, sino nosotros, nosotras mismas.
Nos negamos a que se borre la historia de la
organización popular en los sectores autoconstruidos con ese discurso lleno de
espejismos con que se pinta la innovación y el urbanismo social en una ciudad
como Medellín cada vez más cínica; nos burlamos del discurso impuesto que
pretende disfrazar la realidad y más que nunca buscamos reivindicar desde la
alegría las apuestas colectivas de defensa del territorio.
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