martes, 30 de octubre de 2012

FIESTA Y EXPRESIÓN POPULAR RETOMAN LA GRIS MEDELLIN

 

Con el propósito de visibilizar las problemáticas a las que nos enfrentamos y generar propuestas para el fortalecimiento de la articulación comunitaria desde el arte, la cultura y la noviolencia como formas de expresión popular, el pasado 26 de octubre volvieron a relucir las comunidades barriales mediante la Marcha Carnaval en el marco del 7mo Festival Comunitario Por La Vida Y La Dignidad donde por unos instantes el ruido de motores de las céntricas calles de un publicitado pero excluyente Medellín, se fundió entre ruido y fiesta popular.

Muchos transeúntes se tragan el cuento de “Medellín un hogar para la vida”, pero de la única forma que se sienten tocados por quienes no tienen ni Medellín ni hogar para la vida, es cuando se detienen sus ojos y vehículos atónitos ante la inconformidad y fiesta de cientos de personas de los barrios populares quienes saben que el hogar será para la vida tranquila de turistas y adinerados “paisas”. Porque eso si, la realidad es que Medellín ha sido -como la mayoría de ciudades conectadas al mercado mundial- ajena a las necesidades de sus habitantes más empobrecidos, y más bien se ha tornado en ”un hogar para la miseria” en el que se ha implementado un modelo de ciudad que pasó de ser industrial a economía de servicios, y cada vez atrae más empresas y grupos económicos a encontrar qué vender, mientras sin dinero en los barrios, desbordados de ese modelo, sus habitantes se ven sin con qué comprar siquiera comida.

Los Festivales Comunitarios por la vida
Es necesario tener en cuenta que la iniciativa de Festival Comunitario, se materializó en el 2002 con el propósito de expresarle a la sociedad las propuestas políticas construidas por los procesos comunitarios frente a los territorios, el desarrollo local, la exigibilidad de los DDHH y la paz con justicia social. Su mayor propulsión la dio la Red de Organizaciones Comunitarias –ROC-, que articulaba organizaciones de diferentes barrios de Medellín, y desde inicios de la década pasada tuvo gran incidencia en la ciudad con acciones colectivas, para instalar en la discusión de temas de ciudad, la exclusión y la situación precaria de los sectores populares. El Festival llegó hasta su 6ta versión en el año 2007, luego retomó la apuesta articuladora bajo el nombre de Foro Social Popular hasta el año 2010.


Actualmente algunas organizaciones comunitarias de la ciudad retomamos la idea de realizar nuevamente el Festival Comunitario, con la intención de reconstruir confianzas, hacer un reconocimiento mutuo y avivar nuestra articulación, a partir de la solidaridad, la identidad popular, el diálogo de saberes, el intercambio de experiencias, la movilización social y las luchas por la vida digna. En esta 7ma versión, con una nutrida participación, tuvimos actividades desde el 30 septiembre hasta el 28 de octubre.


La Marcha Carnaval por la Vida y la Dignidad
El 26 de octubre en el centro de Medellín hubo una nueva fiesta en la calle, y retomamos la ciudad bañando de música y colores sus tediosas avenidas, cambiando por unos instantes su rostro cansado por rostros de cientos de niñxs, mujeres y hombres que exigen habitar su territorio con dignidad -el derecho a la ciudad-, además de cuestionar la realidad de guerra, miseria y exclusión que tan solo beneficia a algunos empresarios y politiqueros. Personajes como el abuelo Luis quien acompañó a las demás vecinas del barrio Carpinelo –comuna 1- disfrutaron de esta otra forma de protestar: artistas en monociclos, malabares y gente disfrazada entre la multitud hicieron del recorrido más que una marcha, una reunión en la calle con mucho movimiento en zigzag y círculo, colores que anduvieron de lado a lado, bailes, zanqueros, teatro popular, medios de comunicación alternativa y popular, además de la comicidad de unos jóvenes payasos escribiendo con aerosoles en los muros “lucha y resiste” entre otros gritos, todas estas actividades se mofaron de la criminalización a las acciones “fuera del permiso y de la cultura de la limpieza y el vacío”.

Al aire de una tarde fresca, en la marcha carnaval se notó también la diversidad de chirimías y el Ruido Popular-Comunitario fortalecido por los altoparlantes ubicados en la tarima ambulante con consignas variadas “las mujeres no somos mercancía”; “No al capitalismo verde y a la mercantilización de la naturaleza y la vida”; “El agua vale más que el oro, no a la explotación minera”; “Queremos los barrios libres de guerras, miedos y violencias”. Los pasacalles con sus diversos mensajes, hablaban a los transeúntes del Movimiento Comunitario, sus propuestas, sus reivindicaciones. Al igual que las coloridas y atrayentes pancartas como la de la Coordinadora de Mujeres Zona Nororiental Artesanas de la Vida Constructoras de Paz, se hicieron notar igualmente las pancartas pintadas en pliego de cartón paja, llevadas a lo alto con un palo. Estas visibilizan consignas de todo tipo, por ejemplo la expresión de El comité Comunitario Vecinal – Rayito de Sol, o la de “por una salud digna y urgente, no al paseo de la muerte” de gran interés actualmente.



Siendo un gran despliegue de cultura popular en medio de un grueso y tenso contexto, en esta ocasión hubo tanta energía y emoción en quienes desean vida digna sin miseria ni exclusión, que estas líneas son cortas para cubrir dicho evento asentado al final con grupos musicales, de baile, cuentos y teatro callejero en el irónicamente llamado parque Bicentenario. 

 

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